viernes, 16 de diciembre de 2011

Apliquemos los valores que nos enseña la Universidad de Chile y Sampaoli

No al egoísmo, los egos personales, la hoguera de las vanidades y las vacas sagradas. Si al respeto del sacrificio de cualquiera, a dar segundas oportunidades a los sinceramente esforzados, a la generosidad con el equipo, al sacrificio especialmente de los más humildes. Si al juego limpio, al profesionalismo y a un esfuerzo personal y de superación tan grande que no deja espacio para la inmadurez, las fiestas y los bautizos. Si a los esfuerzos colectivos que predominan sobre los individuos.

(foto de elgrafico.cl)
No es tan importante haber ganado, lo importante es haber ganado dejando una lección de valores tan contundente.

Estos valores se pueden aplicar en todas nuestras actividades, en la familia, las empresas, el gobierno. Estos valores son el antídoto a nuestros males. Nos hace falta la humildad de escuchar, de reconocer las buenas ideas e intenciones de donde vengan. No a la soberbia que nos enceguece y nos pone sordos, que nos impide confiar en los demás. Tenemos un lado oscuro y un lado iluminado. A lo largo de nuestra historia en todos los momentos en que hemos recurrido a estos valores hemos logrado superar cualquier amenaza y desastre natural, en forma amplia y contundente.

Hoy en que estamos inmovilizados en educación, salud, reconstrucción, en muchas tareas legislativas y políticas, es el momento que nos autoevaluemos y cambiemos, nos inspiremos con el ejemplo de este equipo que nos muestra que el camino es la unidad, la colaboración, la confianza, el mérito, el sacrificio y sobre todo es el momento del país como un gran equipo y no es el momento de nadie ni de ningún sector en forma individual. Seguir desarrollándonos para lograr el bienestar de la comunidad no es una competencia divisoria entre nosotros, es un esfuerzo de todos juntos, todos somos necesarios.

(foto de elcomercio.com)
Podemos hacerlo. Para darnos cuenta de nuestro potencial de equipo hay ejemplos como el Proyecto País del Colegio de ingenieros en que alrededor de 1300 personas de diversas tendencias, profesiones y áreas de actividad han trabajado gratuitamente durante casi una década unidos, logrando acuerdos, buscando el bien común. Todos los que hemos participado tenemos la misma satisfacción que un equipo triunfador como la Universidad de Chile, porque hemos superado nuestras diferencias buscando en forma generosa el bien común. Son experiencias que nos marcan para el resto de la vida y nos permiten ser mejores que antes.

Tenemos que ampliar estos valores a todas las áreas para superar nuestros egoísmos, egos y pobrezas humanas, cambiándolos por satisfacciones trascendentes, sintiendo que nuestra existencia se justifica por hacer algo más que preocuparnos por nuestros intereses individuales y haber tenido la grandeza de unirnos para tareas y objetivos comunes, aun cuando no signifiquen un beneficio personal. Suficiente es la satisfacción de aportar a los demás trabajando codo a codo con nuestros hermanos, que nos permite mirar atrás y estar conformes con nosotros mismos por optar por la generosidad y no por el egoísmo.

Nota: Estas reflexiones son parte del trabajo de la Comisión de Gestión de Estrategias de Diferenciación del Proyecto País. Si le interesa participar contáctame por aquí.

3 comentarios:

  1. Gastón,

    Mu buena tu reflexión, la que agrega más felicidad al triunfo azul.

    Quisiera agregar que un logro solidario como este se puede obtener cuando existe una conducción, un liderazgo que motive a los miembros del equipo. Es interesante Sampaoli, llegó a la U como un Bielsa chico y con trabajo serio y profesional, con humildad y convicción en sus planteamientos, ahora se le reconoce como un líder potente y positivo.

    Faltan estos líderes hoy en día.

    Muchas gracias por tu posteo, me gustó mucho!!

    Guillermo

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  2. Bien, don Gastón, rescata Ud. de un deporte popular, lo más creible que hay en él ... las enseñanzas que se deducen del ejercicio de una actuación en equipo en cuanto tal. Modestamente agrego que este equipo se caracteriza porque carece de ídolos autosuficientes: no es la "U" de Marcelo Salas, ni el Cobresal del Bam Bam, ni el Colo Colo de Barticiotto, no: es la "U" de once jugadores: un auténtico equipo. Salvemos al señor EDU de la contaminación perniciosa del culto al ego.
    Muchas gracias,

    LL

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