viernes, 19 de octubre de 2012


Lanzamiento del libro Proyecto País 2025

El Proyecto País es una innovación social e institucional que a través de la colaboración logra un alto nivel de acuerdo en 70 materias, involucrando a cerca de 1.500 personalidades provenientes de las ciencias, sector privado y público, a pesar de una gran heterogeneidad etárea, profesional y de afinidad política.
Este enorme crisol humano permite interpretar las aspiraciones emergentes en el país, en un contexto de cambios estructurales, complejo y desafiante, que genera gigantescos desafíos de sofisticación productiva y de distribución del ingreso, además de cambios refundacionales de nuestra institucionalidad, valores y cultura.

Algunos cambios recientes son el aumento del PIB nominal de 3,8 veces (entre 2002 y 2011, aunque no son directamente comparables), acompañado de un crecimiento promedio del PIB de 9% real anual. Esto es contemporáneo a una duplicación de la cantidad de alumnos en educación superior, que aumenta su penetración en la juventud a cerca del 50 %, triplicando los ingresos de un parte importante de la población, lo que ocurre parcialmente desfasado de una disminución de la pobreza de un 30%.

Estos cambios producen modificaciones estructurales a nivel de las personas y comunidades, negativas y positivas. Por un lado tenemos un desorden en los hábitos de consumo, que nos transforma en líder latinoamericano en ciertos  suntuarios; un índice de obesidad inaceptable en la juventud y ostentamos un segundo lugar en  el ranking mundial de individualismo. Paralelamente, una gran masa de personas con sus necesidades básicas de la Pirámide de Maslow satisfechas, busca satisfacer necesidades elevadas, saliendo del consumismo y dándole trascendencia y sentido a su vida, lo que transforma al país en un exitoso creador de innovaciones sociales.


En materia económica, apoyados en un fuerte respaldo de análisis sectorial, podemos afirmar que el país no podrá mantener altas tasas de crecimiento en los sectores tradicionales, por aumentos de costos y restricciones de recursos, lo que hace necesaria una diversificación hacia exportaciones sofisticadas, evitando la competencia de precios para ser viables en un escenario estructural de costos altos y dólar bajo.

A esto se suman nuevas tendencias como las redes sociales y la disfuncionalidad de la institucionalidad tradicional, con una grave crisis de confianza y representatividad, que están impulsando nuevos modelos de organizaciones colaborativas, liberadas de las jerarquías, además de nuevos imaginarios colectivos de lo que debe ser nuestra cultura y valores. Esto está trasformando nuestra población y su organización,  alejando a la juventud de los modelos tradicionales.


El futuro, además de estos cambios hace necesario resolver crecientes restricciones en el capital humano cercano al pleno empleo, recurriendo a una importante inmigración selectiva, además de resolver déficits inhabilitantes como la baja confianza interpersonal, que en muchos frentes nos tiene inmovilizados.  Chile, con apenas 13% muestra un peor nivel que los países vecinos y el promedio de la OCDE, de 59%.
En este apasionante análisis, con tantas implicancias para todos nosotros, las 70 comisiones del proyecto ponen a disposición de la comunidad sus valiosas conclusiones y  recomendaciones de acción, para lograr el bienestar de las personas y comunidades en estas nuevas realidades.

Asista el día 25 de Octubre a las 8:30 am a la sede del Colegio de Ingenieros en Avda Santa María 0508, en que Don Sergio Bitar y Don Felipe Morandé harán el lanzamiento del libro. Si prefiere envíeme su mail y le hago llegar una invitación aunque no es requisito para asistir. 
Lanzamiento del libro Proyecto País 2025 

El Proyecto País es una innovación social e institucional que a través de la colaboración logra un alto nivel de acuerdo en 70 materias, involucrando a cerca de 1.500 personalidades provenientes de las ciencias, sector privado y público, a pesar de una gran heterogeneidad etárea, profesional y de afinidad política.

Este enorme crisol humano permite interpretar las aspiraciones emergentes en el país, en un contexto de cambios estructurales, complejo y desafiante, que genera gigantescos desafíos de sofisticación productiva y de distribución del ingreso, además de cambios refundacionales de nuestra institucionalidad, valores y cultura.

Algunos cambios recientes son el aumento del PIB nominal de 3,8 veces (entre 2002 y 2011, aunque no son directamente comparables), acompañado de un crecimiento promedio del PIB de 9% real anual. Esto es contemporáneo a una duplicación de la cantidad de alumnos en educación superior, que aumenta su penetración en la juventud a cerca del 50 %, triplicando los ingresos de un parte importante de la población, lo que ocurre parcialmente desfasado de una disminución de la pobreza de un 30%.

Estos cambios producen modificaciones estructurales a nivel de las personas y comunidades, negativas y positivas. Por un lado tenemos un desorden en los hábitos de consumo, que nos transforma en líder latinoamericano en ciertos suntuarios; un índice de obesidad inaceptable en la juventud y ostentamos un segundo lugar en el ranking mundial de individualismo. Paralelamente, una gran masa de personas con sus necesidades básicas de la Pirámide de Maslow satisfechas, busca satisfacer necesidades elevadas, saliendo del consumismo y dándole trascendencia y sentido a su vida, lo que transforma al país en un exitoso creador de innovaciones sociales.

 En materia económica, apoyados en un fuerte respaldo de análisis sectorial, podemos afirmar que el país no podrá mantener altas tasas de crecimiento en los sectores tradicionales, por aumentos de costos y restricciones de recursos, lo que hace necesaria una diversificación hacia exportaciones sofisticadas, evitando la competencia de precios para ser viables en un escenario estructural de costos altos y dólar bajo.

A esto se suman nuevas tendencias como las redes sociales y la disfuncionalidad de la institucionalidad tradicional, con una grave crisis de confianza y representatividad, que están impulsando nuevos modelos de organizaciones colaborativas, liberadas de las jerarquías, además de nuevos imaginarios colectivos de lo que debe ser nuestra cultura y valores. Esto está trasformando nuestra población y su organización, alejando a la juventud de los modelos tradicionales.


El futuro, además de estos cambios hace necesario resolver crecientes restricciones en el capital humano cercano al pleno empleo, recurriendo a una importante inmigración selectiva, además de resolver déficits inhabilitantes como la baja confianza interpersonal, que en muchos frentes nos tiene inmovilizados. Chile, con apenas 13% muestra un peor nivel que los países vecinos y el promedio de la OCDE, de 59%.

En este apasionante análisis, con tantas implicancias para todos nosotros, las 70 comisiones del proyecto ponen a disposición de la comunidad sus valiosas conclusiones y recomendaciones de acción, para lograr el bienestar de las personas y comunidades en estas nuevas realidades.

Asista el día 25 de Octubre a las 8:30 am a la sede del Colegio de Ingenieros en Avda Santa María 0508, en que Don Sergio Bitar y Don Felipe Morandé harán el lanzamiento del libro. Si prefiere envíeme su mail y le hago llegar una invitación aunque no es requisito para asistir.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Apliquemos los valores que nos enseña la Universidad de Chile y Sampaoli

No al egoísmo, los egos personales, la hoguera de las vanidades y las vacas sagradas. Si al respeto del sacrificio de cualquiera, a dar segundas oportunidades a los sinceramente esforzados, a la generosidad con el equipo, al sacrificio especialmente de los más humildes. Si al juego limpio, al profesionalismo y a un esfuerzo personal y de superación tan grande que no deja espacio para la inmadurez, las fiestas y los bautizos. Si a los esfuerzos colectivos que predominan sobre los individuos.

(foto de elgrafico.cl)
No es tan importante haber ganado, lo importante es haber ganado dejando una lección de valores tan contundente.

Estos valores se pueden aplicar en todas nuestras actividades, en la familia, las empresas, el gobierno. Estos valores son el antídoto a nuestros males. Nos hace falta la humildad de escuchar, de reconocer las buenas ideas e intenciones de donde vengan. No a la soberbia que nos enceguece y nos pone sordos, que nos impide confiar en los demás. Tenemos un lado oscuro y un lado iluminado. A lo largo de nuestra historia en todos los momentos en que hemos recurrido a estos valores hemos logrado superar cualquier amenaza y desastre natural, en forma amplia y contundente.

Hoy en que estamos inmovilizados en educación, salud, reconstrucción, en muchas tareas legislativas y políticas, es el momento que nos autoevaluemos y cambiemos, nos inspiremos con el ejemplo de este equipo que nos muestra que el camino es la unidad, la colaboración, la confianza, el mérito, el sacrificio y sobre todo es el momento del país como un gran equipo y no es el momento de nadie ni de ningún sector en forma individual. Seguir desarrollándonos para lograr el bienestar de la comunidad no es una competencia divisoria entre nosotros, es un esfuerzo de todos juntos, todos somos necesarios.

(foto de elcomercio.com)
Podemos hacerlo. Para darnos cuenta de nuestro potencial de equipo hay ejemplos como el Proyecto País del Colegio de ingenieros en que alrededor de 1300 personas de diversas tendencias, profesiones y áreas de actividad han trabajado gratuitamente durante casi una década unidos, logrando acuerdos, buscando el bien común. Todos los que hemos participado tenemos la misma satisfacción que un equipo triunfador como la Universidad de Chile, porque hemos superado nuestras diferencias buscando en forma generosa el bien común. Son experiencias que nos marcan para el resto de la vida y nos permiten ser mejores que antes.

Tenemos que ampliar estos valores a todas las áreas para superar nuestros egoísmos, egos y pobrezas humanas, cambiándolos por satisfacciones trascendentes, sintiendo que nuestra existencia se justifica por hacer algo más que preocuparnos por nuestros intereses individuales y haber tenido la grandeza de unirnos para tareas y objetivos comunes, aun cuando no signifiquen un beneficio personal. Suficiente es la satisfacción de aportar a los demás trabajando codo a codo con nuestros hermanos, que nos permite mirar atrás y estar conformes con nosotros mismos por optar por la generosidad y no por el egoísmo.

Nota: Estas reflexiones son parte del trabajo de la Comisión de Gestión de Estrategias de Diferenciación del Proyecto País. Si le interesa participar contáctame por aquí.

Pensemos el Chile del futuro: ¿cómo será el cambio en las empresas y su efecto en nuestra cultura?

Tomemos hechos concretos y veamos a que nos pueden llevar. La primera versión del proyecto país del año 2003, nos mostró que las tradicionales empresas piramidales (con áreas internas), eran cerca de un 20 % más caras y contaban con servicios de calidad inferior a los que entregaría una red de empresas locales de outsourcing haciendo su misma tarea. Esta brecha de costos sería suficiente para que en un mercado competitivo las empresas armadas a la antigua, con todo in house, desaparecieran con cierta rapidez.
(foto de jovenesxchile.cl)
Cuando dichas pirámides jerárquicas quedaran obsoletas y se desintegraran, estaríamos ad portas de una desmaterialización de la empresa, dando origen a una economía de unidades de negocio, altamente especializadas en distintos servicios conectadas en red, autónomas, que cobrarían precios de trasferencia de mercado, debiendo ser competitivas y eficientes u optar por desaparecer. Tendríamos una sociedad colaborativa, que exigiría a todos los nodos de la red un funcionamiento excelente o sería reemplazado. Cada uno de estos nodos regulados con contratos con multas y no proteccionistas, tendría que cumplir sus compromisos, sin dejar espacios para la mediocridad.

Si comparamos esta situación con una empresa tradicional, en que los contratos de trabajo son comparativamente más paternalistas o proteccionistas y menos transparentes al no existir precios de trasferencia, nos daríamos cuenta que el esquema tradicional no podría competir ni sobrevivir por ser comparativamente más protector de la mediocridad y la ineficiencia.

En este nuevo escenario no existiría el concepto de jerarquía o supervisión directa, sino una red de transacciones entre iguales y libres. Dadas las ventajas de la tecnología actual sería posible que este fuera el reino de las pymes tipo boutique, de alta tecnología y de pocas personas, en cuanto la tecnología expande la capacidad de coordinación y hacen innecesario que las personas para colaborar sean parte de una organización centralizada a la antigua, abriendo paso a unidades especializadas y auto gobernadas superiores en eficiencia y calidad.

Los efectos en la cultura de las personas serían notorios. Seriamos un país en que el cumplimiento de compromisos sería ineludible, en que los valores de la verdad y la transparencia premiarían a los mejores, fomentando así la meritocracia y la igualdad de oportunidades.

(foto de surmagico.cl)
Los chilenos retornaríamos a nuestras raíces ancestrales, en que los mapuches con estructuras colaborativas prescindían de estructuras con autoridades jerárquicas centrales -a tal punto que no fueron por rey jamás regidos-, en que se hacía necesario privilegiar la verdad, el valor de la palabra, la confianza y la excelencia o meritocracia, que se traducía incluso en que los toquis eran elegidos mediante competencia. Tal y como Alonso de Ercilla describió, los mapuches eran gente carente de vicios y malicia hasta que llegan los españoles, es decir, eran una sociedad con altos grados de confianza interpersonal.

En la actualidad me toca observar como las empresas tradicionales están siendo superadas por las exigencias del día a día, ya que al no ser aptas para administrar la creciente complejidad y necesidad de adaptación, están siendo cada día menos capaces de administrar adecuadamente sus negocios. A modo de ejemplo, ayer un experto me decía que los gerentes de las compañías de seguro dedican un 60% de su tiempo a adecuarse a las exigencias normativas de IFRS, lo que les impide administrar bien los procesos centrales de sus negocios, disminuyendo su capacidad de gestión y de evolución.

La pregunta es porqué estos cambios avanzan tan lentamente, si ya están instalados los elementos gatilladores del cambio. Posiblemente sea porque el país ha crecido tres veces en siete años, al triplicar su PIB entre los años 2003 y 2010. Esta violenta expansión nos ha impedido evolucionar y hemos crecido con modelos de negocio obsoletos con un bajo nivel de competencia, lo que ha protegido la mediocridad y la solapada ineficiencia. Así por ejemplo, la educación superior duplicó sus alumnos en 5 años, pasando de 480 mil alumnos a un millón. En esta vorágine de crecimiento hemos tenido menos competencia, la demanda ha crecido tanto que les ha ido bien incluso a los menos capaces, concentrándonos en el volumen, disminuyendo nuestra capacidad de evolucionar en eficiencia y calidad. Pero ello no será siempre así, cuando el crecimiento sea sólo normal, la competencia tenderá a aumentar, será entonces el momento de la calidad y la eficiencia, dicha competencia modificará nuestros modelos de empresa y nuestra cultura.

Cuando ello ocurra nuestra cultura evolucionará en forma potente hacia la autonomía, la transparencia, el cumplimiento de compromisos, la verdad, el valor de la palabra y la referida meritocracia. Aumentará como consecuencia el incentivo social a desarrollar nuestros talentos, desencadenando así toda la capacidad de nuestra población. También a raíz de los cambios culturales debería aumentar la confianza entre las personas, mejorando entonces nuestra actual situación en que, según el informe social de la OCDE del 2011, sólo 13% de los chilenos expresa alta confianza en sus conciudadanos, un porcentaje muy por debajo del promedio de la OCDE de un 59%.

Nota: Estas reflexiones son parte del trabajo de la Comisión de Gestión de Estrategias de Diferenciación del Proyecto País. Si le interesa participar contáctame por aquí.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Maratón de Chicago 2011

Llegar a la meta en una maratón siempre es gratificante, más aún cuando significa cumplir metas que uno se autoimpone como completar diez maratones y acercarse a otra meta que es correr las principales maratones del mundo, para lo cual me falta solo Londres.

Como siempre después de una experiencia así uno se propone entrenar mejor para la próxima, cuidarse oportunamente las lesiones, cuidar la alimentación, etc. Luego, como soy muy bueno para las comidas y los postres me doy más gustos de los que debería y no siempre llego bien entrenado y en el peso óptimo. Espero tomar Londres más en serio por ser la última de las maratones importantes que me propuse.

En realidad a estas alturas me conformo con mantener bien la salud gracias al entrenamiento, conocer ciudades interesantes y disfrutar con mi querida Lely, de estos viajes. Pero también es cierto que si estos viajes no tuvieran la adrenalina que le agrega una maratón podrían ser aburridos y quizás no me sentiría haciendo algo positivo dejando el trabajo unos días. Hay que reconocerlo, las maratones son una buena excusa para viajes en otoño y primavera, en que no hay tanto turista, los precios son más bajos y el clima agradable. Incluso hasta dan buena imagen cuando uno cuenta que viajo mientras los demás trabajan. A veces excesivamente, como cuando en New York una mamá y su hija al verme con la medalla de la maratón en la calle se me acercaron sin conocerme y me abrazaron diciéndome “God Bless You”, como si fuera un héroe que las protegía, lo cual fue muy emocionante.

Esta vez en todo caso se me puso pesado porque por descuido recién fui a verme unas molestias diez días antes de la maratón y me detectaron una tendinosis al isquiotibial derecho y un desgarro de 3,2 cms. Mi médico de todas las maratones Fernando Yañez me dijo que si le hubiera preguntado me habría dicho que no corriera. No le dije nada, pero pensé silenciosamente que precisamente por eso no le había preguntado. No pensaba perder la reserva y los pagos que se hacen como un año antes. Además, ya había corrido maratones con problemas como cuando corrí Paris en plena recuperación de mi quebradura al metatarso en que me pusieron dos tornillos y un clavo. Esa vez mi hijo mayor que era jugador de rugby me dijo que nadie correría en esas condiciones y que si llegaba a la meta me tendría que levantar una estatua en el patio, la cual me está debiendo Incluso me gané el apodo de vikingo maldito que me pusieron mis hijos por estas aventuras, el entrenamiento, etc.

ciudad de Chicago
Bueno, la ciudad de Chicago era mucho más bonita de lo que pensaba, con muchos árboles y flores, un centro en que hay todo lo que uno puede buscar de comercio y comidas en USA, pero a escala humana, caminable, con un rio navegable que lo cruza y está a solo una cuadra de un lago con playa y una costanera genial para entrenar. Pensé que me gustaría vivir en una cuidad así, hasta que me aclararon que salvo 3 meses del año es muy fría (-25ºC) y con viento. Se me acabo inmediatamente el entusiasmo y pensé que no hay nada mejor que el clima chileno.

El hotel quedaba en pleno centro a tres cuadras de la partida y llegada de la maratón de Chicago. Como siempre Lely me llevo de la mano a primera hora a los corrales para partir. Es muy agradable que a uno lo regaloneen después de haber corrido maratones absolutamente solo como me paso en Rotterdam. Disfrute los primeros 20 kilómetros y luego el isquiotibial se puso duro como palo y apenas podía correr, además la temperatura empezó a subir sobre los 28ªC que vi en una pantalla plana como a media maratón. El sol daba fuerte en la cara.

Bueno, nunca he dejado de llegar a la meta, pero me costó y terminé con un exceso de tiempo de más de 100 minutos con respecto a mi registro. Me rio pensando que en la foto que acompaña este posteo nadie pensaría que llegue tan mal. Además, me quedó un poquito de energía para correr a buen ritmo los dos últimos kilómetros y pasar la meta dignamente con la bandera de Chile en el pecho y la camiseta de los Santiago Runners. Luego a celebrar con los chilenos que estaban en el hotel que eran unos 20 incluyendo corredores y sus familias.

Todas las dificultades y emociones del viaje lograron desconectarme y vuelvo a trabajar como si hubiera tomado unas vacaciones de un mes. Sigo haciéndome la promesa de prepararme mejor para Londres 2012 y especialmente de tratarme oportunamente las lesiones. Por lo menos ayer partí con kinesioterapia.

Nota: 
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viernes, 30 de septiembre de 2011

Aporte sus proposiciones al Proyecto País

Participe en el gran desafío de definir el “Chile que queremos y las acciones para lograrlo”, juntando fuerzas con los más de 1200 participantes en más de 60 comisiones, que trabajan en esta iniciativa desde el año 2003.

En esta oportunidad nos interesa su visión sobre lo que debe hacer el país en “Estrategias de Diferenciación “ respondiendo las preguntas que se hacen en esta consulta. Antes de responder es recomendable que analice el mapa estratégico (haz clic en la imagen más abajo) en que se muestra la relación entre los objetivos propuestos y lea este material donde entregamos antecedentes sobre esta materia.

Por último, si tiene interés en seguir participando en el Proyecto País, mándeme un mail indicando su nombre y la(s) comisión(es) en que le interesa participar.

mapa estratégico (haz clic en la imagen)

martes, 13 de septiembre de 2011

El legado de los grandes hombres

Vengo del triste entierro de mi tio Raúl Durán Bachler y no puedo dejar de acordarme de otros grandes hombres, sentirme agradecido de su existencia y de lo que nos entregaron, a la vez, de sentirme inquieto por no haber aprovechado sus aportes. Tengo la sensación que fueron demasiado inadvertidos, no reconocidos, ni escuchados y que no dejamos que su aporte dejara raíces en nosotros para bien de nuestra familia y país.

Felipe Cubillos
Como ha sido la tónica estos días se junta el duelo del país por la pérdida de valiosas personas como Felipe Cubillos con los duelos personales. Uno puede seguir adelante con su vida, pero la falta de nuestros grandes referentes se sigue sintiendo para siempre. En mi caso mis grandes referentes son mis dos abuelos con una historia muy similar a la de Raúl Duran, ambos hijos de inmigrantes, huérfanos desde niños, criaron y sacaron adelante a sus parientes cercanos y lejanos, con gran alegría, sentido del humor, entrega, amor por Chile y austeridad. Aún cuando todos acumularon riqueza fueron capaces de gran desprendimiento para ponerla al servicio de los demás. Mientras más se conoce de sus vidas más lejano parece la posibilidad de acercarse a sus méritos. Estos hombres ejemplares a pesar de las debilidades propias de su condición humana son merecedores de nuestra admiración.

En mi caso personal, recuerdo el consejo de Felipe Cubillos de “no dejar que nos derrote la autocomplacencia”. Como responsable del Proyecto País me cuestiono por no lograr que sea mejor aprovechado el aporte de los más de 1200 colaboradores del proyecto.

El legado de los grandes hombres nos llama a proyectar su ejemplo, multiplicando el aporte que podemos hacer a nuestra comunidad, sacrificando en parte nuestra comodidad, conscientes que nuestra recompensa será la satisfacción de servir a los demás, aunque muchas veces no seamos escuchados, podamos ser incomprendidos y criticados.